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Tomate natural en conserva

Ingredientes

  • Tomates de la huerta
  • Agua muy caliente

Instrucciones

  1. Lo primero es llenar un recipiente hondo con los tomates. Un cubo, un barreño...todo depende de la cantidad que tengas o quieras hacer.

  2. Añadimos a los tomates el agua muy caliente hasta cubrirlos. Esto lo hacemos para escaldarlos. De este modo quitarles la piel sin llevarnos la carne del tomate (que es lo que nos interesa) se vuelve una tarea sencilla.

  3. Quitamos la piel a los tomates y el cabo.

  4. Los cortamos en trozos no muy grandes. Si te encuentras con tomates que tienen su centro algo más fibroso, puedes desechar esta parte, ya que después no es muy agradable al paladar.

  5. Coge puñados de trozos de tomate y apriétalos fuerte entre tus manos. El objetivo de esto es escurrir el máximo de agua posible, para así llenar los tarros de lo que queremos, la carne del tomate.

  6. Llena tantos tarros de cristal (previamente esterilizados). Ves recalcando el tomate para aprovechar bien cada tarro y llénalo hasta el borde.

  7. Tapa los tarros y asegúrate de que aprietas bien la tapa. De lo contrario, podría entrar agua del baño maría al interior, echando a perder ese tarro de conserva.

  8. Mete los tarros en un recipiente grande y llénalo de agua hasta que los cubra y un poco más.

  9. Pon ese recipiente al fuego para que al calentar el agua se produzca el vacío y los botes se puedan conservar durante largo tiempo sin ningún problema.

  10. Debes dejar que hiervan durante 5 minutos.

  11. Después apaga el fuego y deja que los tarros se enfríen dentro del agua.

  12. Cuando esté ya fría, que puedas meter la mano sin ningún problema, extrae los tarros y sécalos.

  13. Guarda los tarros en un lugar fresco y seco, como una despensa.