Mezclar en un bol la harina y el azúcar glass.
Agregar la mantequilla fría en taquitos y desmenuzarla con las manos junto con la mezcla de harina y azúcar. Nos quedará una especie de arenilla.
Añadir la sal y el huevo para dar cohesión a nuestra masa. Mezclamos todo y nos quedará una masa homogénea y maleable.
Envolvemos la masa con papel film y la dejamos reposar toda la noche en la nevera.
Vertemos en un cazo la nata para montar y la vainilla en pasta y lo llevamos a ebullición.
En cuanto hierva, retiramos el cazo del fuego y echamos el chocolate troceado.
Removemos para que el chocolate se funda por completo y nos quede una mezcla lisa sin grumos.
Vertemos la nata en un recipiente amplio. Ten en cuenta que al montar, la nata aumenta mucho su volumen.
Montamos la nata hasta que forme picos blandos.
En ese momento empezamos a añadir el azúcar glas poco a poco.
Seguimos montando hasta que la nata forme picos duros, esté firme y brillante.
Sacamos nuestra masa de la nevera y la estiramos hasta que tenga un grosor de unos 4mm.
Forramos con ella unos moldes de tartaleta desmoldables.
Los recortes de masa se unen, se vuelven a estirar y forramos más moldes con ella hasta agotarla.
Ponemos círculos del tamaño de la base de nuestras tartaletas y sobre ellos bolas cerámicas para poner peso y que no suban tanto de la base.
Horneamos durante unos 20 minutos a 180ºC.
Una vez la masa esté dorada y cocida, sacamos las tartaletas, retiramos las bolas cerámicas, el papel de horno y desmoldamos para dejar enfriar por completo sobre una rejilla.
Una vez frías, repartimos la ganache entre cada una de ellas. y dejamos enfriar en la nevera.
Una vez fría, cargamos la nata montada en una manga pastelera equipada con una boquilla Saint Honoré y hacemos esas ondas con la nata.
Espolvoreamos un poco de cacao en polvo sin azúcar por encima, de manera muy sutil.
Decoramos con dos frambuesas cada tartaleta. ¡El punto ácido perfecto!
TIP1: Dejar la masa en reposo toda la noche tiene su importancia. LA masa toma cuerpo y nos permite poder trabajarla y manejarla después sin que se nos rompa.
Si deseas congelarla, después de ese reposo, es el momento.
TIP2: Usar moldes desmoldables en este tipo de preparaciones es fundamental. Te permiten sacar la masa una vez cocida sin ningún riesgo de romperla o rallar el molde para poder sacarla.