Fundimos juntos el chocolate y la mantequilla mediante pequeños intervalos de 30 segundos en el microondas. Reservamos.
Tamizamos en un bol la harina de avena, el cacao en polvo, el almidón de maíz y la levadura en polvo. Reservamos.
En un bol, mezclamos los huevos con los azúcares y la sal y batimos con unas varillas para integrarlos bien.
Agregamos a esta mezcla la mitad de los ingredientes secos que habíamos tamizado y reservado. Los integramos bien.
Vertemos ahora la nata líquida y procedemos de igual modo.
Añadimos la otra mitad de ingredientes secos y los introducimos en la masa.
Para terminar, añadimos a la masa la mezcla de mantequilla y chocolate fundidos que reservamos al inicio de la receta.
Mezclamos hasta integrar. Nos quedará una masa sedosa y brillante.
Vertemos la masa en un molde rectangular untado con spray desmoldante o forrado con papel de horno.
Alisamos la superficie y hacemos un corte a lo largo del bizcocho.
Horneamos con el horno precalentado a 170ºC durante 40 minutos o hasta que al pincharlo en el centro con un palillo, éste salga limpio.
Sacamos el bizcocho del horno, esperamos 5 minutos y desmoldamos sobre una rejilla.
Deja que el bizcocho se enfríe antes de comerlo.
TIP1: El corte que hacemos en la masa antes de hornear hará que el bizcocho abra por ahí y ayudará a que su cocción sea uniforme.
TIP2: Puedes cambiar la harina de avena por otras harinas sin gluten. Una o más de un tipo, como harina de almendra, de garbanzo, de arroz...
TIP3: Ten cuidado al desmoldar el bizcocho. Estará cocido, pero será un bizcocho tierno y puede romperse con facilidad.
TIP4: Dependiendo de las medidas de tu molde, te quedará un bizcocho más bajo que se horneará antes o más alto que necesitará más tiempo de cocción.